Gaspar
-Niño Dios,
aquí te traigo
mis corderos
de algodón
para que corras
sobre ellos
hacia donde
nace el sol.
Melchor
-Yo que vengo
de tan lejos,
de cerca
lo quiero ver.
Quiero tocar sus cabellos,
quiero la estrella encender.
¡Yo he venido
de muy lejos sólo por jugar
con él!
Baltasar
-Nada te traigo,
amiguito.
Nada te pude
traer.
Sólo tengo
en el bolsillo
lo que tú
debes tener:
un pedacito
de espejo
y un trompo
con su cordel.
Atrapé
una mariposa
y una flor
se echó a llorar,
se destiñó
el arco iris
y me dijo:
-¡Eso está mal!
Nada te traje,
amiguito.
¡Pero te vine a mirar!
Bajo la estrella
encendida
sobre el portal
de Belén,
tres Reyes
rinden tributo
a un niño,
a un ángel,
a un rey,
¡en un palacio
de paja
junto a una mula
y un buey!
Fuente: Matarile, Efraín Subero: Edita FEDUPEL, 1997.
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