BORDE DEL PARAÍSO
Me ha quedado
tu labio sobre el cuerpo
para ofrecerme muerte
en signos dulces.
Un río de palabras no dichas
se ha agotado.
Criaturas sombrías
echan mi suerte a viento o fuego.
Mi sangre canta, canta,
toca la luz,
el cielo del peligro,
ruega, duele, roza el radiante
borde del paraíso.
Oh labio asombro cacería asombro
tormenta nube escalofrío
asombro.
El alfabeto entero se deshace
y tiempo atrás recobra
el gemido primero.
Amor, aparta el aire,
dame tu mano fresca,
lleva mi frente a una orilla de hierbas.
Quiero saber al fin
el lugar de la rosa,
el paraíso.
tu labio sobre el cuerpo
para ofrecerme muerte
en signos dulces.
Un río de palabras no dichas
se ha agotado.
Criaturas sombrías
echan mi suerte a viento o fuego.
Mi sangre canta, canta,
toca la luz,
el cielo del peligro,
ruega, duele, roza el radiante
borde del paraíso.
Oh labio asombro cacería asombro
tormenta nube escalofrío
asombro.
El alfabeto entero se deshace
y tiempo atrás recobra
el gemido primero.
Amor, aparta el aire,
dame tu mano fresca,
lleva mi frente a una orilla de hierbas.
Quiero saber al fin
el lugar de la rosa,
el paraíso.
De La luz de esta memoria (1949)
■
EL REVÉS DE LA VIDA
Hay gradaciones leves, lentas
antes del decisivo expolio:
Un restar diario, un menoscabo,
un segurísimo mordiente
con el que va signando el tiempo
en nosotros su trazo ciego.
Para los ojos distraídos
hay un engaño preparado:
llegan celestes veladuras,
lluvias que esconden otra orilla,
simulaciones de prodigios
y como ciegos caminamos.
Nos habituaron a la máscara
de nuestro rostro en primavera,
cuando probábamos a amantes
y la aprendimos como eterna;
como nos vimos para siempre
bajo un limbio, acendrado cielo,
entre el hervor de los jardines
que no guardan ningún secreto.
Luego el revés de la aventura,
luego el saqueo, el abandono
en el camino sin socorro.
Luego la sórdida constancia:
nadie previene ante nosotros
nuevos grados de maravilla,
no hay espejismos ni sorpresas,
ni concesiones ni privanzas.
antes del decisivo expolio:
Un restar diario, un menoscabo,
un segurísimo mordiente
con el que va signando el tiempo
en nosotros su trazo ciego.
Para los ojos distraídos
hay un engaño preparado:
llegan celestes veladuras,
lluvias que esconden otra orilla,
simulaciones de prodigios
y como ciegos caminamos.
Nos habituaron a la máscara
de nuestro rostro en primavera,
cuando probábamos a amantes
y la aprendimos como eterna;
como nos vimos para siempre
bajo un limbio, acendrado cielo,
entre el hervor de los jardines
que no guardan ningún secreto.
Luego el revés de la aventura,
luego el saqueo, el abandono
en el camino sin socorro.
Luego la sórdida constancia:
nadie previene ante nosotros
nuevos grados de maravilla,
no hay espejismos ni sorpresas,
ni concesiones ni privanzas.
Después de todo, ya sabremos
lo que ocultaba la esperanza.
lo que ocultaba la esperanza.
De Cada uno en su noche (1960)
■
SOBREVIDA
Dame noche
las convenidas esperanzas,
dame no ya tu paz,
dame milagro,
dame al fin tu parcela,
porción del paraíso,
tu azul jardín cerrado,
tus pájaros sin canto.
Dame, en cuanto cierre
los ojos de la cara,
tus dos manos de sueño
que encaminan y hielan,
dame con qué encontrarme
dame, como una espada,
el camino que pasa
por el filo del miedo,
una luna sin sombra,
una música apenas oída
y ya aprendida,
dame, noche, verdad
para mí sola
tiempo para mí sola,
sobrevida.
las convenidas esperanzas,
dame no ya tu paz,
dame milagro,
dame al fin tu parcela,
porción del paraíso,
tu azul jardín cerrado,
tus pájaros sin canto.
Dame, en cuanto cierre
los ojos de la cara,
tus dos manos de sueño
que encaminan y hielan,
dame con qué encontrarme
dame, como una espada,
el camino que pasa
por el filo del miedo,
una luna sin sombra,
una música apenas oída
y ya aprendida,
dame, noche, verdad
para mí sola
tiempo para mí sola,
sobrevida.
De Palabra dada (1953)
■
DESPERTAR
Tenues trazos,
píos de pájaros
se acomodan al alba,
premeditan.
píos de pájaros
se acomodan al alba,
premeditan.
Cenizas, fuegos, flores;
la esperanza
sube en la luz,
el ojo no la impide.
la esperanza
sube en la luz,
el ojo no la impide.
El hilo de la vida
¿hilo será de Ariadna,
o hilo de araña,
fibra tendinosa?
¿hilo será de Ariadna,
o hilo de araña,
fibra tendinosa?
De Sueños de la constancia (1988)
■
COLIBRÍ
La resolana que vibra,
un breve sol en el seto,
un ts ts que al aire libra
su peligro secreto
un breve sol en el seto,
un ts ts que al aire libra
su peligro secreto
y ya la flor disminuye
ante el prodigio de pluma
que surge y deslumbra y huye
y sólo alcanzo por suma
ante el prodigio de pluma
que surge y deslumbra y huye
y sólo alcanzo por suma
terca de años, en que presa
del hechizo, sigo en vano
la milagrosa destreza
que lo suspenda en mi mano
del hechizo, sigo en vano
la milagrosa destreza
que lo suspenda en mi mano
y entonces por un segundo
sentir cómo late el mundo.
sentir cómo late el mundo.
De Reducción del infinito (2002)
Fuente: Ida Vitale en la UCM. Antología poética. Selección Ana Fernández del Valle y Edgar Pérez Reyes. 25 de abril de 2019 Paraninfo de la Facultad de Filología.
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