Canciones del alma
En una noche oscura
con ansias en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
por la secreta escala disfrazada,
¡Oh dichosa ventura!,
a oscuras, y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.
más cierto que la luz del mediodía,
a donde me esperaba,
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
Oh noche amable más que la alborada:
Oh noche que juntaste
Amado con Amada,
Amada en el Amado transformada!
que entero para él sólo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y él ventalle de cedros aire daba.
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado,
entre las azucenas olvidado.
■
Llama de amor viva
¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya si quieres,
rompe la tela de este dulce encuentro!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida la has trocado.
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
color y luz dan junto a su querido!
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras:
y tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!
Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.
y sin Dios vivir no puedo;
pues sin él y sin mí quedo,
este vivir ¿qué será?
Mil muertes se me hará,
pues mi misma vida espero,
muriendo porque no muero.
es privación del vivir;
y así, es continuo morir
hasta que viva contigo;
oye, mi Dios, lo que digo,
que esta vida no la quiero;
que muero porque no muero.
¿qué vida, puedo tener,
sino muerte padescer
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
pues de suerte persevero,
que muero, porque no muero.
aun de alivio no caresce,
que en la muerte que padesce
al fin la muerte le vale;
¿qué muerte habrá que se iguale
a mi vivir lastimero,
pues si más vivo más muero?
de verte en el Sacramento,
háceme más sentimiento
el no te poder gozar;
todo es para más penar,
por no verte como quiero,
y muero porque no muero.
con esperanza de verte,
en ver que puedo perderte
se me dobla mi dolor:
viviendo en tanto pavor,
y esperando como espero,
muérome porque no muero.
mi Dios, y dame la vida;
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte;
mira que peno por verte,
y mi mal es tan entero,
que muero porque no muero.
y lamentaré mi vida en
tanto que detenida
por mis pecados está.
¡Oh mi Dios!, ¿Cuándo será?
cuando yo diga de vero:
vivo ya porque no muero.
Comentarios
Publicar un comentario